sábado, 1 de agosto de 2015

el elefante como transporte



Hasta 1989 en Thailandia estaba permitida la tala comercial de los bosques naturales y los elefantes eran domesticados para transportar madera, hoy en día la tala está prohibida (aunque siguen existiendo explotaciones ilegales) y la gran mayoría de estos paquidermos se utilizan para el transporte de turistas (aproximadamente la mitad de los cautivos en este país se utilizan con ese fin). Se calcula que en 1900 había unos 100.000 ejemplares entre domésticos y salvajes, hoy sólo quedan unos 3.000 domésticos y 3.000 salvajes que viven aislados en pequeños grupos. Desde 1992 la Ley de Conservación tailandesa protege a los elefantes salvajes mientras que los domados están clasificados como un tipo de ganado, de forma que los propietaros de dejan de ingresar beneficios a su costa pueden deshacerse de ellos vendiéndolos para aprovechar su carne o sus colmillos de marfil. Los mahouts son personas que se encargan de domesticar a los elefantes y que en muchos casos no los cuidan como debieran porque no son sus amos ni sienten aprecio por ellos, son hombres contratadods en campamentos turísticos o que alquilan al elefante como reclamo para mendigar en las calles, atraídos por lo que creen dinero fácil. La mayoría de los mahouts carecen de experiencia para cuidar y gobernar a los elefantes, así las consecuencias pueden ser trágicas para ambas partes, de hecho "se estima que los elefantes matan cada año a un centenar de mahouts en Thailandia". Para que un elefante pueda ser utilizado para estos y otros servicios (transportar madera y turistas, hacer piruetas en el circo, etc.) debe ser domesticado y la mayoría de nosotros desconoce cómo ser realiza la DOMA. La periodista Jennifer Hile ha documentado, en "Vanishing Giants", cómo se realiza el ritual de doma de elefantes llamado phajaan, y sus descripciones son, en mi opinión, verdaderamente escalofriantes: "La cría de elefante es separada de su madre y encerrada en una estrecha jaula donde queda inmovilizada, allí es azotada y privada de alimento, agua y sueño durante días. A medida que avanza la instrucción, le ordenan a gritos que eleve las patas. Si da un paso en falso, le clavan en los pies lanzas de bambú con clavos". Así continúa el proceso de doma con múltiples sesiones de tortura con unas picas puntiagudas hasta que el animal aprende a reaccionar correctamente a los estímulos y a aceptar a las personas en su grupo. Este ritual todavía se practica en muchos lugares.
Aunque como seres humanos tengamos la capacidad de explotar un elevado número de recursos naturales, creo que una reflexión que se puede extraer al leer este artículo es que podemos vivir perfectamente sin explotar algunos recursos animales. Por ejemplo, como turistas, después de tener un ligero conocimiento del ritual que se sigue para domar a los elefantes, creo que podríamos prescindir de dar un paseo montados a lomos de uno. Afortunadamente además de la gente que explota a estos animales para el turismo también existen personas que los aprecian e intentan conservalos, como por ejemplo la organización "Friends of the Asian Elephant" que ha creado el único hospital para elefantes que existe en el mundo.

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